domingo, 13 de septiembre de 2015

Postales Lejanas
     Nunca más se volvió a oír de el. Así empieza esta historia.
La familia Fernández decidió mudarse a una tradicional mansión de cuentos. Enorme, con una arquitectura esplendía y muy hermosa. Pero la duda revoloteaba por sus mentes: ¿Por qué nadie vivía allí? Estaba abandonada. Era una casa muy especial ya que un homicidio había sucedido y nadie nunca pudo saber quien había sido el culpable.
Luego de pasar un día muy movilizante, todos en la familia se fueron a dormir. Escogieron sus cuartos, ya que había muchos: uno para los padres y otro para el pequeño Manuel.
El niño daba vueltas y vueltas, no podía dormir. De repente, se empezaron a oír pasos que provenían de la escalera. Manuel se quedo duro, no podía casi respirar, sentía y escuchaba su corazón latiendo a una velocidad incontrolable. Pero se convenció de que era su imaginación y se quedo dormido.
Al día siguiente Manuel encontró una postal bastante particular, con la imagen de un cucharón y un reloj marcando las dos de la madrugada. No entendía por qué decía eso y continúo con su día.
Fue entonces cuando el reloj marcaba las dos am. Ni un alma rondaba por la casa, pero el niño pudo escuchar un espeluznante grito desde la cocina.
En la mañana, la segunda postal apareció. Esta vez la imagen de una bañera y nuevamente el reloj marcando las 2 de la madrugada.
En el medio de la noche Manuel se despertó y encontró en el baño la última postal. El reloj dio las dos am. Una sombra oscura apareció en la bañadera. Manuel salio corriendo y se escondió en una de las habitaciones de la casa. Allí, encontró un diario con una entrevista del último inquilino de aquella casa, el hombre advertía que postales mágicas eran enviadas por un espíritu maligno que habitaba en la vieja mansión, pero todos lo creyeron loco. Hasta que apareció muerto en su propio jardín.
Asustado, dejo el diario a un lado y tres nuevas postales se hicieron visibles. La imagen de una escalera, una puerta y un jardín atormentaban la inocente mente del niño. Allí escrito: “Ultima oportunidad”.
Manuel salio corriendo, aterrorizado bajo las escaleras. Sentía manos tirando desde sus tobillos. Salio por la puerta sintiendo un aire que le atravesaba el cuerpo. Hasta que llego al jardín y cayo, vencido, al suelo. Nunca mas se volvió a oír de el.

Fin


Autores: Valentina Novo y Lucia Delgado.